Despues de la carretera de la mecanofilia, o cuando el apego por los coches se nos va de estas manos

Despues de la carretera de la mecanofilia, o cuando el apego por los coches se nos va de estas manos

Se acerco con transito lento pero determinado a las escalones que le separaban del garaje. Los pies descalzos acusaban el frio piso de la estancia, oscura, donde la fina funda sobre tejido le separaban sobre lo que le hacia volar y no ha transpirado a la ocasion mantener las pies en piso. Tiro de la novia, extremadamente lentamente, hasta que al fin se descubrio.